Presume de ler e déixate ver!
Janeth Gisela Agne Aquino, 1º ESO B
El Príncipe Feliz, Oscar Wilde
En la parte más alta de la ciudad, sobre una columna, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz. Estaba toda revestida de oro. Tenía, en lugar de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada. Por lo que era muy admirada.
Una golondrina volando sobre la ciudad, en su camino hacia Egipto, vio la estatua y decidió posarse al verla tan hermosa. Noto unas gotas y pensó que estaba lloviendo, pero eran las lágrimas del Príncipe.
- ¿Por qué lloras? y ¿Quién eres?, Preguntó la golondrina.
- Soy el Príncipe y lloro por el pueblo, por una joven pobre que tiene a su hijo enfermo de fiebre y no puede comprar naranjas para él. Sácame un trozo de oro para dárselo al niño enfermo. Así lo hizo la golondrina y se lo entrego a la madre del niño enfermo.
El Príncipe le siguió pidiendo a la golondrina que llevara trozos de oro a las personas que lo necesitaban, hasta que por fin le permitió continuar su viaje hacia Egipto. La golondrina ya no podía: - No puedo Príncipe, siento que voy a morir.
Me ha gustado mucho el libro, aunque es muy triste. Lo recomiendo porque es importante ayudar a los demás. Sí tú lo haces algún día te lo agradecerán y también te ayudaran.
Una golondrina volando sobre la ciudad, en su camino hacia Egipto, vio la estatua y decidió posarse al verla tan hermosa. Noto unas gotas y pensó que estaba lloviendo, pero eran las lágrimas del Príncipe.
- ¿Por qué lloras? y ¿Quién eres?, Preguntó la golondrina.
- Soy el Príncipe y lloro por el pueblo, por una joven pobre que tiene a su hijo enfermo de fiebre y no puede comprar naranjas para él. Sácame un trozo de oro para dárselo al niño enfermo. Así lo hizo la golondrina y se lo entrego a la madre del niño enfermo.
El Príncipe le siguió pidiendo a la golondrina que llevara trozos de oro a las personas que lo necesitaban, hasta que por fin le permitió continuar su viaje hacia Egipto. La golondrina ya no podía: - No puedo Príncipe, siento que voy a morir.
Me ha gustado mucho el libro, aunque es muy triste. Lo recomiendo porque es importante ayudar a los demás. Sí tú lo haces algún día te lo agradecerán y también te ayudaran.
Grazas Janeth pola tua recomendación. A lectura tamén axuda a descubrir a bondade.
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